¡VIVA EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE!

El proletariado y los pueblos oprimidos del mundo hemos asistido a la conmemoración del CENTENARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE.


La revolución proletaria de 1917 se  constituyó en la revolución más grandiosa en la historia de la humanidad gracias a que al frente de la misma estaba un partido experimentado, templado en los combates de la clase, íntimamente vinculado a las masas populares, explotadas, oprimidas, a los obreros y campesinos de todos los pueblos y naciones de Rusia, pertrechado con el poderoso marxismo-leninismo, con un programa verdaderamente científico, cimentado en el conocimiento de las leyes objetivas que rigen al desarrollo social de lucha por la dictadura del proletariado y la  construcción del socialismo científico.

Pero a la revolución proletaria de octubre no hay que verla como un hecho histórico ceñido únicamente a la Rusia en 1917. Hay que escardar tiempo atrás, buscarlo en las luchas campesinas que le antecedieron en Alemania, en la misma Rusia, de Europa entera; en la asimilación de la experiencia de la Comuna de París y la necesidad de no dejar piedra sobre piedra del viejo orden existente para poder erigir el nuevo Poder; en la primera revolución Rusa en julio de 1905 que logra desprenderse del hilo ideológico de las anteriores revoluciones burguesas de occidente al dotar, a esta revolución, de la fuerza política e ideológica rectora y hegemónica: el proletariado, quién a su vez contó con el instrumento político: el partido bolchevique marxista-leninista; un amplio frente popular de lucha revolucionaria incluyendo al movimiento obrero, la revolución agraria campesina y el movimiento de liberación nacional. Se daba paso a la revolución democrática de nuevo tipo.

La victoria de la Revolución Socialista de Octubre confirmó la vitalidad y justeza de la teoría leninista sobre la alianza obrero-campesina.

Pero hay que tener muy en claro, ninguna conquista del proletariado y pueblo oprimido en Rusia de 1917 habría sido posible sin lucha, sin violencia revolucionaria, sin destrucción/construcción, y quizá uno de los elementos más relevantes e imprescindibles,  sin la magistral dirección del partido por parte de Lenin, quién supo entender que si no se combatía y destruía a las distintas manifestaciones del oportunismo, revisionismo y centrismo que, entre otros, esgrimían Kautsky, Trotsky y sus secuaces, nada se habría hecho, nada se habría conquistado.

No hay que buscar la revolución de octubre en los hechos aislados, o ceñirlos indesligablemente a guerras mundiales que si bien es cierto son incidentales en la medida que debilitan al capitalismo mundial, no necesariamente son determinantes para que la revolución pueda abrirse caminos de manera más decidida.

Hay que encontrar la revolución de octubre en la revolución democrática de nuevo Tipo en China, sobre todo en su concreción como revolución proletaria en la Gran Revolución Cultural.

Y no diferente sucede con la guía ideológica del proletariado que siguiendo los trazos de octubre hoy comandan los esfuerzos revolucionarios del proletariado, campesinado y pueblo oprimido del Perú, Turquía, Filipinas y la India, quienes desarrollan guerras populares íntimamente adscritas a las tareas del proletariado y su hoja de ruta trazada en 1917 y que ineluctablemente devendrá de Nueva Democracia en Socialismo, en dictadura del proletariado.

Hoy festejamos el centenario de la revolución de octubre, y lo hacemos jubilosos, pero sobre todo, combativos, con el puño apretado y con el odio de clase urgente,  que apremia en convertirse en tareas, en acción, fortalecido en marxismo-leninismo-maoísmo, reforzando nuestro compromiso de clase y consientes de la responsabilidad que éste tiene de conducir a los oprimidos a la dictadura del proletariado en los países capitalistas;  en la firme tarea que tiene en los países semifeudales y semicoloniales de conducir a los obreros, campesinado y masas explotadas a la revolución democrática de nuevo tipo, como una de las expresiones que asume la dictadura del proletariado en este tipo de países, y desde luego, el necesario rol que debe cumplir la clase, el proletariado, en los procesos de emancipación de las naciones y pueblos oprimidos (entre otros Cataluña) por la conquista de su independencia atada a la profunda transformación de la sociedad.

Al cumplirse en Centenario de la revolución de octubre, obreros, campesinos pobres, masas explotadas del Ecuador, su organización donde expresa el carácter democrático la revolución de Nueva Democracia: el Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo, y su partido guía, expresamos nuestro más profundo compromiso de no desistir, de no dudar de la fuerza ideológica del proletariado en las tareas que debemos emprender por allanar el camino a la dictadura del proletariado en el Ecuador y el mundo.

¡VIVA LOS CIEN AÑOS DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA DE OCTUBRE!
¡VIVA LA DICTADURA DEL PROLETARIADO!
¡EL SOCIALISMO TIENE UN SOLO ROSTRO Y UNA SOLA ENTRAÑA: LA DICTADURA DEL PROLETARIADO!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSIÓN!
CON LA DIRECCIÓN DEL PROLETARIADO: LA INDEPENDENCIA, LA REVOLUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA, EL SOCIALISMO, DESBROZA CAMINO AL DORADO COMUNISMO

Publicado en https://vnd-peru.blogspot.is/2017/11/fdlp-ecuador-viva-el-centenario-de-la.html

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Cen anos de revolución proletaria

Este 7 de novembro celebramos con xúbilo o centenario da Gran Revolución Socialista de Outubro.

Os disparos do cruceiro Aurora foron un raio de esperanza para as masas oprimidas, non so de Rusia, senón tamén do mundo, cambiando definitivamente a historia, abrindo definitivamente a nova era da Revolución Proletaria Mundial.

En palabras do Presidente Mao: “As salvas dos canóns da Revolución de Outubro trouxeran o marxismo-leninismo até a China. Entón a Revolución chinesa gañou unha nova fisionomía. (…). “Os fusís dos bolcheviques criaran o socialismo na Rusia”.

Lenin e os seus camaradas do partido Bolchevique realizaron no imperio zarista o soño de Marx e Engels, instaurando o primeiro Estado da Ditadura do Proletariado, nun país atrasado e semifeudal, de inmensas dimensións e berce de múltiples pobos. Os bolcheviques guiados polo grande Lenin e os seus camaradas de armas, coa actuación decisiva das masas proletarias, campesiñas, mariñeiros revolucionarios e a garda vermella desaloxaron definitivamente ao goberno provisional burgués de Kerenski, proclamando a República soviética e nomeando un goberno de Comisarios do Pobo presidido polo camarada Lenin.

Non foi unha tarefa sinxela nin pacifica. Foi sanguenta e dolorosa como son as revolucións, como ben sinalaron o camarada Lenin e o Presidente Mao. A intervención das potencias imperialistas unidas contra a nova República soviética, en apoio dos gardas brancos de Denikin e do almirante zarista Kolchak, deu orixe a unha guerra civil que non será definitivamente gañada ata 1921.

A vitoria do exército vermello, guiado por heroicos xefes como Frunze, Budionni, ou comisarios como Chapaeiv ou Furmanov esmagaron ás forzas contra-revolucionarias, co apoio das masas obreiras e campesiñas, en torno á firme liña trazada por Lenin da alianza obreiro-campesiña do goberno dos Comisarios do Pobo. Sen ese apoio das masas nada se houbera conseguido.

A mesma Ditadura do Proletariado que baixo a xusta dirección do camarada Stalin logrou, grazas á economía planificada socialista, converter o vasto territorio soviético, nunha superpotencia capaz de enfrontar a agresión da primeira potencia imperialista mundial, a Alemaña nazi, en xullo de 1941.

A URSS, berce e sede tamén da Internacional Comunista (IC) fundada por Lenin que expandiu por todo o mundo o marxismo-leninismo e impulsou a creación dos partidos comunistas.

A Gran Revolución Socialista de Outubro, é patrimonio de toda a humanidade oprimida e en particular dos auténticos comunistas que hoxe enarboran as tres bandeiras vermellas do M-L-M. e da guerra popular.

Nos hoxe, mulleres e homes de Galiza, comunistas, traballamos para a construción do Partido Comunista-maoísta de Galiza seguindo a senda luminosa da Gran Revolución Socialista de Outubro, estudando e aplicando o mlm ás condicións concretas da nosa sociedade, á vez que activamente traballamos a fronte internacionalista da solidariedade e apoio ás guerras populares, vangarda da Revolución Proletaria Mundial, que se desenvolven na actualidade en diversos países do mundo, Perú, Filipinas, Turquía e en particular na India, onde o Partido Comunista de la India (maoísta) e o EGPL libran unha guerra popular prolongada que este ano cumpriu 50 anos dende o seu inicio en Naxalbari.

Estes cen anos da historia da Revolución Proletaria Mundial están cheos de avances e retrocesos e de múltiples contradicións que levaron a definir unha nova etapa no pensamento proletario; o maoísmo, que sinalou a liña xeral para combater a restauración revisionista, as súas causas e a necesidade de continuar ata o fin a Revolución baixo as condicións da Ditadura do Proletariado, con Revolucións Culturais, tomando como chave, como sinalara o Presidente Mao, a loita de clases e a loita de dúas liñas.

Estas e outras valiosas ensinanzas foron aplicadas de forma creativa ás condicións de cada país por inesquecibles camaradas como Charu Mazumdar na India, Ibrahim Karpakaya en Turquía, o camarada JM Sisón nas Filipinas, o camarada Pol Pot en Kampuchea e máis recentemente polo Presidente Gonzalo no Perú. Desenvolvendo guerras populares e armando ás masas para a súa liberación erguendo unha nova onda de revolucións guiadas polo proletariado revolucionario.

Onda revolucionaria que baixo as vermellas bandeiras da Comuna de París, a Gran Revolución Socialista de Outubro, a Revolución de Nova Democracia na China, a Gran Revolución Cultural Proletaria, a Guerra Popular no Perú e en Naxalbari prosegue en Guerra Popular ata o comunismo.

¡Viva a Grande Revolución Socialista de Outubro, luminoso camiño de liberación dos oprimidos do mundo!

Galiza 7 de novembro do 2017

Comité de Construcion do Partido Comunista-maoísta da Galiza.

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Nota del blog: Continuamos con las publicaciones sobre Pedro Pomar tomadas de la página http://www.serviraopovo.wordpress.com, aclaramos que la traducción es responsabilidad nuestra.

FRP

En ocasión del 104 aniversario del natalicio del gran dirigente comunista camarada Pedro Pomar – 23 de setiembre de 1913.

Pedro Pomar

Publicado en la Revista Problemas N° 4 – Noviembre de 1974

La clase obrera y todos los oprimidos del mundo conmemoran este año el 30 aniversario de la gran Revolución de Octubre.

Treinta años han pasado desde aquellos días heroicos en que el proletariado ruso bajo la dirección del Partido Bolchevique, del gran Partido de Lenin y Stalin, alcanzó la victoria sobre el capitalismo y abrió para la humanidad entera las puertas de un nuevo mundo, el mundo del socialismo, de la nueva sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre.

Tres décadas han pasado, y, a pesar de todo cuanto ya hicieron de grande, de extraordinario, de altamente humano los pueblos soviéticos, lo que hoy vemos en el mundo capitalista es el mismo odio, más sistemático tal vez, y más desesperado también, la misma rabia impotente de treinta años pasados con que los magnates del capitalismo recibieran la primera grande y definitiva victoria del proletariado. Sucede con la gran Revolución de Octubre lo que se da también con Marx y el marxismo que, con el correr de los años, son cada día más odiados y perseguidos por el capitalismo en decadencia y desesperación.

Marx elaboró el arma teórica, la ciencia social del proletariado, ciencia universal, así como internacional o mundial. Fue también la gran Revolución de Octubre, que, como dice Stalin, “señala un cambio radical y profundo en la historia de la humanidad, un cambio radical y profundo en los destinos históricos del capitalismo, un cambio radical y profundo en el movimiento de liberación del proletariado mundial, un cambio radical y profundo en los métodos de lucha y en las formas de organización, en los hábitos de vida y en las tradiciones, en la cultura y en la ideología de las masas explotadas del mundo entero”.

Ese cambio radical y profundo en nuestros días es más sensible que antes, ahora, cuando conmemoramos el trigésimo aniversario de la gran Revolución Socialista, que en cualquiera de sus aniversarios anteriores. Es que la guerra contra el nazismo no sólo reveló a los pueblos la fuerza de la nueva sociedad socialista, sino también, con la victoria, abrió para toda la humanidad una nueva época de desarrollo pacífico, de transición para el socialismo, a través de las democracias progresistas, por nuevos caminos específicos para cada pueblo. Esta posibilidad de desarrollo pacífico para el socialismo es el elemento nuevo traído por la victoria de los pueblos sobre el nazismo, elemento nuevo que, como siempre sucede, lucha aún por la victoria contra lo viejo que quiere sobrevivir, el imperialismo que se vuelve por eso cada día más agresivo y desesperado.

“En consecuencia, dice la declaración de los nueve Partidos Comunistas europeos reunidos en Varsovia, pasaran a existir dos campos, el campo imperialista y anti-democrático que busca establecer el dominio mundial del imperialismo norte-americano y la destrucción de la democracia y el campo democrático anti-imperialista, cuyo objetivo fundamental es destruir el imperialismo, fortalecer la democracia y eliminar los remanentes del fascismo”.

La división del mundo en dos campos bien marcados, separados por una fosa que se hunde cada día, es sin duda, lo que hay de nuevo en este instante en que el proletariado, todos los explotados y oprimidos, los hombres que aman el progreso y la paz, conmemoran y festejan el 30 aniversario de la gran Revolución de Octubre.

Esa división del mundo en dos campos, el “imperialista y antidemocrático” y el “democrático anti-imperialista” señala, sin duda, el momento que atravesamos, es el hecho nuevo señalado por el acontecimiento histórico que fue la reunión en Varsovia en setiembre último, de los dirigentes de los nuevos y más importantes partidos comunistas del continente europeo. Esa división del mundo en dos campos, hecho nuevo ahora muy claro, no surgió inesperadamente en el escenario mundial, sino resultó del natural desarrollo de los acontecimientos, a consecuencia de la propia victoria sobre Alemania y Japón y ya tenía sus raíces en la diferencia de objetivos con que se unieron para la guerra contra el nazismo las dos grandes potencia capitalistas, Gran Bretaña y Estados Unidos, y el poderoso Estado socialista, la URSS, éste, luchando fundamentalmente por la restauración y consolidación del orden democrático, por la eliminación del fascismo, contra cualquier posibilidad de nueva agresión y por el establecimiento de una paz duradera, mientras que aquellos tenían por objetivo principal de guerra la eliminación del competidor alemán o japonés del mercado mundial y la consolidación de su posición dominante. Guerra de liberación; la guerra contra el nazismo, no dejaba de ser, sin embargo, una guerra imperialista también para aquellos que sueñan con el dominio del mundo, de los mercados y de las fuentes de materia primas, y que desean la explotación de todos los pueblos.

La derrota militar del nazismo no fue, por eso, acompañada de la total eliminación política e ideológica del fascismo. Por el contrario, los años de post guerra trajeron la lucha cada día más acentuada entre los que todo hacen en el sentido de conseguir la eliminación de los remanentes del fascismo y de su base material, y aquellos que no escatiman esfuerzos para salvarlos, resguardarlos e inclusive, como viene sucediendo cada día con mayor frecuencia y descaro, utilizándolos contra el avance de la democracia en el mundo entero. Fue en ese proceso, de un lado la Unión Soviética y los países democráticos procurando destruir el fascismo, el capital financiero reaccionario y consolidar la democracia, y, del otro lado, los Estados Unidos y Gran Bretaña luchando por el fortalecimiento del imperialismo e intentando estrangular la democracia, utilizando para eso todos los medios, inclusive el rebrote fascista, fue en ese proceso que se delimitaron, hasta llegar a la nitidez de hoy, los dos campos en que se divide hoy el mundo.

El avance democrático

Es cierto que la victoria sobre el nazismo trajo un rápido y poderoso avance democrático en el mundo entero. Los pueblos de Europa del Este consiguieron liquidar las bases económicas de la reacción, nacionalizar la gran industria, dividir la tierra, castigar a los principales traidores al servicio de los nazis, y, así, crear instituciones nuevas, realmente democráticas y progresistas. En otros países de Europa surgieron grandes partidos comunistas de masas con cientos de millares y millones de miembros, “poderosos representantes de amplios sectores de la población, profundamente enraizados en sus propios países y dirigidos por hombres capaces” como dice Stalin al diputado laborista inglés Ziliacus en la discusión que mantuvo con él. Los pueblos coloniales comenzaron a obtener grandes victorias en la lucha por la independencia nacional e igualmente en América Latina, a pesar de su inmenso atraso económico y político, las viejas dictaduras, que habían servido a Hitler y posteriormente se entregaron a los banqueros yanquis, tuvieron que ser sustituidos por nuevos gobiernos que pueden contar con algún apoyo popular y capaces de satisfacer, en la medida de los posible, las formas democráticas y constitucionales. En Brasil, por ejemplo, el señor Dutra, Ministro de Guerra de la dictadura, el Condestável del Nuevo Estado, como lo llamó Vargas, condecorado por Hitler e Hiroito, pasó a ser presidente constitucional de una República representativa… de cualquier manera, sustancial y verdaderamente, y apenas aparentemente, era la democracia que avanzaba como consecuencia inevitable de la victoria de los pueblos sobre el fascismo, militarmente batido en Europa, en Asia, en el mundo entero. Y creció en todos los países las fuerzas organizadas del proletariado, que se unen a escala mundial, en la gigantesca Federación Mundial de los Sindicatos en la que se afilian los representantes de más de 70 millones de trabajadores organizados. Y las mujeres demócratas se unen también en la gran Federación Mundial para luchar por la paz y por el completo aniquilamiento político e ideológico de los remanentes peligrosos del fascismo. Y la juventud une también sus fuerzas en la esperanza de impedir nuevas guerras y consigue a través de su Federación Mundial de la Juventud Democrática una tan impresionante manifestación de fuerza universal de lucha por la paz, por el progreso y la independencia de cada pueblo, como la reciente concentración juvenil de Praga, fiesta simbólica de alegría, coraje y confianza en el futuro en pleno corazón de Europa hace tan poco tiempo oprimida bajo a bota sangrienta de la Guestapo.

Con la derrota militar del nazismo avanza la democracia por el mundo entero. La Unión Soviética, a pesar del esfuerzo desprendido en los duros años de guerra, dos millones de vidas perdidas, de la destrucción sufrida en su suelo, recupera rápidamente su economía de paz y, mal terminada la guerra, inicia la ejecución de un nuevo plan quinquenal de proporciones inéditas. Ya en los grandes países capitalistas victoriosos, especialmente en Gran Bretaña y en los Estados Unidos, mucho menos fácil se torna esa vuelta, de la economía de guerra a la de paz, reconversión económica que los magnates del imperialismo tratan de hacer a costo de sacrificio de las grandes masas trabajadoras, de los obreros de las metrópolis imperialistas y de lo pueblos cuya explotación quieren aumentar. La situación económica de Gran Bretaña se torna cada vez más grave y, debido a eso, día a día mayor sometimiento político del orgulloso imperialismo inglés a los banqueros de Wall Street.

Es verdad que la derrota militar del nazismo sacudió al imperialismo en su conjunto y modificó la correlación de fuerzas sociales en el mundo entero a favor del proletariado, de la democracia y del socialismo. Pero del gran embate fue, sin duda, el imperialismo yanqui aquel que, del lado capitalista, salió más reforzado con una nueva y más alta concentración de capital, con una poderosa industria en un nivel técnico más elevado y en condiciones de desafiar cualquier competencia en la lucha por el predominio absoluto del mercado mundial. Sin embargo es claro que en el régimen capitalista ese aumento rápido de la productividad trae en su seno todos los elementos de una nueva crisis cíclica cada día más próxima. A la enorme producción norte-americana no corresponde ningún aumento de la capacidad de consumo de la población del país, que necesita así, buscar mercados en el exterior en las condiciones nuevas del mundo después de la guerra, con una Europa empobrecida por la guerra, con muchos de sus pueblos luchando enérgicamente por el desarrollo de sus propias industrias, con una China en plena inflación y conflicto con la política de traición de Chiang-Kai-Shek y el resto del mundo en condiciones económicas nada mejores. Es evidente, sin duda, la creciente gravedad de la crisis general del capitalismo y de ahí la agresividad cada vez mayor del imperialismo, especialmente del imperialismo yanqui que se levanta hoy como el centro de la reacción mundial, de la lucha por el dominio absoluto del mundo –el viejo sueño de Hitler- ahora la aspiración de los magnates de Wall Street que sustentan y dirigen la política expansionista y guerrera de Truman y Marshall.

La actitud agresiva del imperialismo

Es en ese cuadro que se va desarrollado la actividad particularmente agresiva del imperialismo yanqui.

“Esta actividad, como afirma la declaración de la Conferencia de Varsovia, es desarrollada simultáneamente en todas las direcciones –en la dirección de las medidas militares estratégicas-, de expansión económica y de lucha ideológica”.

Es conocida la actividad guerrera del imperialismo, la distribución sistemática de sus fuerzas armadas por los demás países, el intento de subordinar a su comando el completo control de las fuerzas armadas de los países del Continente americano, la ampliación y consolidación de bases militares por todo el mundo, la preocupación en que se entrega la fabricación de armas cada vez más poderosas y ofensivas y la investigación científica dedicada al mismo fin, sin ocultar por el contrario, la pretensión de escandalizar para asustar la actividad de sus técnicos en el terreno de la energía atómica así como la guerra química y bacteriológica.

En el terreno de la expansión económica, íntimamente relacionada con los esfuerzos continuados por el predominio político, es visible, al lado de los planes para la esclavización económica y política de Europa, lo que viene haciendo el imperialismo norte-americano en China, en Indonesia y particularmente en América Latina. Solo el fuerte apoyo económico, político y militar del gobierno de los Estados Unidos viene retardando la victoria del pueblo chino sobre el gobierno incapaz y traidor de Chiang-Kai-Shek; sin el apoyo norte-americano habría sido imposible al gobierno holandés volver a atacar a los pueblos libres de Indonesia. En América Latina la expansión económica del imperialismo norte-americano es cada vez más descarada y viene acompañada de cerca y en escala creciente de intervención política abierta, como sucede aún ahora en Chile y en Brasil, cuyos gobiernos se entregan sumisos a sus patrones de Washington y Wall Street.

En cuanto a la lucha ideológica basta acompañar lo que se escribe en la prensa norte-americana casi totalmente al servicio de los provocadores de guerra como tan bien probó de manera concreta y objetiva, en su monumental discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas, Vishinski, jefe de la delegación soviética. La preparación ideológica para la guerra y para la lucha terrorista contra los comunistas, odiados por el imperialismo por ser los vanguardistas en la lucha por la paz, por la democracia y la independencia de sus pueblos, es particularmente sensible aquí en Brasil, cuya prensa, especialmente en la Capital de la República, fue la que, sin duda, más bajo descendió en esa tarea infame de instrumento del capital reaccionario para la preocupación ideológica de la guerra imperialista.

El discurso de Truman, el 12 de marzo de 1947, justamente en la ocasión en que se reunieron en Moscú los Ministros del Exterior de las cuatro grandes potencias, marca el inicio de la contraofensiva imperialista, más vigorosa y descarada, en una tentativa violenta y algo desesperada de alertar sobre el avance democrático en el mundo entero. Todas las tentativas anteriores, desde las maniobras en la Conferencia de Potsdam, las tentativas de ruptura en Londres y después en la Conferencia de Paz en París ningún fruto habían dado y las fuerzas democráticas continuaban el avance victorioso, consiguiendo poco a poco consolidar sus posiciones. El 12 de marzo, Truman se quita definitivamente la máscara para declarar que el gobierno norte-americano está dispuesto a auxiliar con dinero y armas, con técnicos y políticamente también a todos aquellos que, especialmente en Europa, querían luchar contra los pueblos en marcha para el progreso, contra la democracia y el socialismo, entregarse a la “protección” explotadora y colonizadora del capitalismo norte-americano. Millones de dólares fueron desde luego puestos a disposición de los fascistas griegos y de los políticos reaccionarios en Turquía. Y el sonar del dinero imperialista consiguió que las clases dominantes en Francia y en Italia retiraran a los comunistas de los puestos de gobierno, al mismo tiempo que el sobrante fascista en el oriente europeo intensificaba su actividad conspirativa contra los gobiernos populares y progresistas de aquellos países.  El imperialismo retomaba, sin duda, la iniciativa e intentaba impedir en todas partes el proceso democrático y asimismo hacer retroceder las fuerzas del progreso y de la democracia. En América Latina, son los comunistas desde luego separados del gobierno de Chile y del Partido Comunista de Brasil ve anulado su registro electoral y restringida su actividad legal.

La práctica, entonces, mostró la poca eficiencia de los métodos y del lenguaje estúpido de Truman. El gobierno monarco-fascista de Grecia sin apoyo popular se desenmascaró definitivamente como lacayo del imperialismo sometido a los agentes de Truman y con eso se amplió rápidamente la base popular y nacional de los guerrilleros griegos que se vuelvieron cada vez más fuertes. No fueron mejores las conspiraciones al servicio del imperialismo en Hungría, en Yugoslavia, en Rumania o en Bulgaria. El Partido Comunista pasó rápidamente de 3ero a 1er partido en Hungría, gracias al rápido desenmascaramiento de los traidores húngaros al servicio de Truman, y en Bulgaria el oro y la presión imperialista solo consiguieron agravar la situación del traidor Petkov, ahorcado por el Tribunal de Justicia del pueblo búlgaro.

El fracaso del Plan Truman, la dificultad que creaba para los “patriotas” y “socialistas” europeos que debían ponerlo en práctica, determinaron su sustitución por algo menos claro, más insidioso, capaz de encubrir mejor sus verdaderas intenciones imperialistas y de facilitar a los Bevin, a los Ramadier y De Gasperi, la tarea infame de entreguistas de sus pueblos a la explotación imperialista. Fue para eso que surgió el llamado Plan Marshall, de esclavización económica y política de Europa por el imperialismo norte-americano.

En verdad, bajo la dirección de Truman y Marshall se unen todas las fuerzas de la reacción que con el objetivo firme y claro de contener el avance democrático, especialmente en Europa, usan todas las armas y utilizan todos los recursos tácticos, desde el chantaje, el soborno, la extorsión hasta la presión económica y la explotación de las contradicciones internas de cada país y las que acaso existen entre ellos.

La conferencia de Varsovia

La situación así creada por la ofensiva imperialista fue particularmente sensible a los pueblos europeos, más directamente marcados por la reacción mundial y muy especialmente por aquellos pueblos donde la correlación de fuerzas sociales ya es claramente favorable a la clase obrera que a través de sus partidos políticos, como organización de vanguardia, ya está en poder o ejerce sobre el fuerte influencia por los representantes que poseen en las asambleas legislativas. Fueron los representantes de tales partidos que se reunieron en Varsovia para discutir la situación internacional especialmente en Europa, y buscar la mejor manera de unir sus esfuerzos contra los ataques del imperialismo norte-americano. Son los partidos comunistas –sobre los cuales ya pesa la gran responsabilidad de dirigir y defender los destinos de sus pueblos, y que sienten, justamente por eso, la necesidad urgente de unificar su acción política, su estrategia y su táctica, de coordinar sus esfuerzos a fin de enfrentar con éxito las maniobras de la reacción, retomar la iniciativa y pasar así a la ofensiva contra el imperialismo y el rebrote fascista de que éste utiliza- los que se reúnen a través de sus representantes más autorizados en la capital polaca.

Este es el verdadero significado de la histórica Conferencia de Varsovia, que marca, sin duda, un nuevo paso, y de los más considerables, en la gran lucha de los pueblos por la paz y la democracia, por el progreso e independencia nacional de cada pueblo, contra la explotación imperialista y el retorno del fascismo.

La Conferencia de Varsovia mostró a los pueblos del mundo entero lo que en estos días son las fuerzas de la democracia y el progreso.

Se reunieron en la capital de Polonia los representantes de nueve partidos comunistas apenas, pero que representaban más de 13 millones de comunistas, inmensa vanguardia política que dirige a su vez a decenas de millones de obreros organizados, además de otros millones de hombres y mujeres, de jóvenes y viejos, que ya lucharon contra el nazismo, que conquistaron la independencia de sus patrias y no están dispuestos a someterse a la explotación imperialista, millones de seres humanos que no se amedrentan con amenazas y chantajes de guerra, y que marcan la superioridad de las fuerzas de la democracia sobre las del imperialismo.

La declaración política dada a luz por los participantes de la Conferencia de Varsovia es particularmente importante por el análisis que hace de la situación mundial como igualmente por la firme disposición de quebrar las fuerzas del imperialismo.

“Se los partidos comunistas permanecen firmemente en sus posiciones –se dice en aquella declaración- si no se dejan intimidar, si permanecen valientemente en la defensa de la democracia, de la soberanía nacional, de la libertad y de la independencia de sus países, si saben, en la lucha contra las tentativas de esclavización económica y política de sus países, colocarse al frente de todas las fuerzas que estén dispuestas a defender la causa de la honra y de la independencia nacional, entonces ningún plan de esclavización de los países de Europa y de Asia podrá ser ejecutado”.

Con la declaración de Varsovia toma un nuevo impulso igualmente la lucha por el desenmascaramiento de los falsos socialistas y laboristas, de los traidores de la clase obrera hoy al servicio del imperialismo yanqui, como Leon Blum en Francia, Atlee y Bevin en Gran Bretaña, Shumacher en Alemania, Karl Rener y Scherf en Austria, Saragat en Italia, etc. que como dice aquel documento:

“se esfuerzan por ocultar la verdadera esencia rapaz de la política imperialista bajo la máscara de democracia y fraseología socialista, sin embargo, de hecho, continúan siendo, bajo todos los aspectos, defensores leales de los imperialistas, provocando la desintegración en las filas de la clase obrera y envenenando su futuro”.

La Conferencia de Varsovia señaló finalmente la necesidad urgente de estrechar y relanzar los contactos entre los nueve partidos comunistas europeos que se habían reunido, a fin de unificar la lucha de sus pueblos contra el imperialismo, vencer la complejidad de la situación más fácilmente y evitar que el enemigo explote las posibles contradicciones entre los pueblos que luchan hace siglos por la independencia nacional. Con tales objetivos fue creado el Buro de Información con representantes de los nueve partidos, teniendo por finalidad el intercambio de experiencias y “en caso de necesidad, la coordinación de actividades de los Partidos Comunistas en base al libre consentimiento”. La sede del Buró de Información será en Belgrado y por él será publicado un órgano mensual que se pretende pueda ser más tarde quincenal.

Es fácil imaginar la importancia política del centro de información, de intercambio de experiencias y de posible coordinación de actividades anti-imperialistas de las decenas de millones de seres humanos que aceptan la dirección de los nueve partidos comunistas, ahora con sede en Belgrado. Este centro será como el motor capaz de estimular la organización de las fuerzas democráticas contra el imperialismo y su sola creación ya constituye una seria advertencia a los gobiernos monopolistas que amenazan y chantajean con arrastrar en sus aventuras a los pueblos débiles y desprevenidos.

Los demócratas del mundo entero y particularmente los trabajadores y los comunistas de todo el mundo no pueden dejar de recibir con alegría la noticia de la creación del centro de informaciones en Belgrado. En el vemos elevarse la bandera gloriosa de la lucha por el socialismo, y no hay duda alguna que el órgano a ser publicado por el Buró de Información de Belgrado ayudará mucho a los pueblos del mundo entero a comprender la orientación política de la vanguardia más esclarecida del proletariado mundial fuertemente armada con la ciencia social verdadera del marxismo-leninismo-stalinismo.

Y es por eso también que se debe comprender que la reacción imperialista y la prensa a su servicio ya se lanzaron al ataque contra la Conferencia de Varsovia y particularmente contra el recién creado Buró de Información de Belgrado, desde luego apuntando como reencarnación de la Internacional Comunista.

Para deshacer la provocación ya tenemos hoy la palabra autorizada de Stalin, según la versión dada al público por el diputado laboralista inglés Ziliacus de la exposición que sobre el asunto mantuvo en Sochi, en el Mar Negro, con el gran jefe de los pueblos soviéticos. Dice Ziliacus que son casi textuales las siguientes palabras de Stalin:

“La Internacional Comunista desempeñó un papel importante en el establecimiento de relaciones entre los trabajadores de diferentes países, ayudó a desarrollar líderes entre los propios trabajadores. Pero hoy, la situación es diferente, en cierto número de países los Partidos Comunistas son poderosos representantes de amplios sectores de la población, tienen grandes responsabilidades, están profundamente enraizados en sus propios países y son dirigidos por hombres capaces. Sería una utopía extravagante intentar dirigir partidos desde algún centro común. Como lo entiendo, la declaración de los nueve Partidos Comunistas significa que los comunistas de aquellos países trabajan en común, por un lado para mejorar las condiciones de la clase obrera y del pueblo en general, y, por otro, para defender la independencia y la soberanía de sus patrias”.

Y completa Stalin su pensamiento:

“Sería una estupidez hacer andar para atrás la rueda de la historia… intentar formar una Internacional Comunista sería utópico y los comunistas no son utópicos”.

En efecto son tan diferentes por sus objetivos, por su contenido, por las formas de organización que adoptan la extinta Internacional Comunista y el recién formado Buró de Belgrado que sólo como una provocación policial sería posible cualquier confusión.

La Internacional Comunista surgió en 1919 como uno de los frutos de la Revolución de Octubre y como consecuencia también de la bancarrota de la II Internacional. Su tarea principal consistía en unir a los obreros revolucionarios de los diversos países, organizándolos en partidos verdaderamente marxistas-leninistas, capaces de luchar contra el social-chovinismo de los socialtraidores de la II Internacional, consistía finalmente en un auxilio para la promoción y consolidación, en todos los países en que fuera posible, de una vanguardia de los más destacados trabajadores organizados.  La III Internacional unía y movilizaba a los trabajadores en defensa de sus intereses económicos y políticos y para la lucha contra la reacción, el fascismo y la guerra, que este último preparaba y para el apoyo a la Unión Soviética, como el principal baluarte de la causa de Paz y del Antifascismo.

El cuño característico de la Internacional Comunista residía en el sentido de disciplina voluntariamente aceptada y de los fuertes lazos de cohesión que unían a los partidos afiliados al centro que decidía por su Congreso Mundial, instancia superior de la Internacional Comunista, sobre todas las cuestiones esenciales, de programa y de táctica. En la ocasión del II Congreso de la I.C. Lenin afirmaba:

“El Congreso creó en los PP.CC. de todo el mundo una cohesión y una disciplina como jamás existieron anteriormente y que permiten a la vanguardia de la revolución obrera continuar marchando para el frente a pasos agigantados hasta su gran objetivos: la destrucción del yugo de capital” (Vol. IV, pág. 361 – Obras Escogidas).

Solo así realmente podría la nueva organización obrera cumplir su formidable tarea de organizar y educar a la vanguardia revolucionaria del proletariado, tarea histórica que fue sin duda llevada a buen término y que tuvo, como lógica consecuencia, la disolución espontánea de la propia organización, cuando en 1943, dada la nueva situación del mundo, no se justificaba más su existencia. Cumplida la heroica misión de la Internacional de Lenin, estaba en 1943, su forma de organización ya superada, como claramente fue dicho en la época por el Presidium del Comité Ejecutivo en la resolución que se convirtió en pública:

“Guiados por el juicio de los fundadores del marxismo-leninismo, los comunistas jamás apoyaron la conservación de formas de organización que sobrevivieran a su utilidad. Siempre subordinaron las formas de organización del movimiento de la clase obrera en su conjunto a las peculiaridades de la situación histórica concreta y a los problemas que resultan inmediatamente de esta situación. Los comunistas recuerdan el ejemplo del gran Marx, que se unió a los más destacados trabajadores en las filas de la Asociación Internacional de los Trabajadores, y, cuando la Primera Internacional cumplió su tarea histórica, de colocar los cimientos para el desarrollo de partidos de la clase obrera en países de Europa y América, y, en consecuencia de la situación de madurez que creaba partidos nacionales de la clase obrera, disolvió la Primera Internacional, puesto que esta forma de organización ya no correspondía a los problemas que tenía en frente”.

El desarrollo histórico, el propio crecimiento de los Partidos Comunistas, la madurez política de sus cuadros dirigentes, además de la complejidad de la situación mundial, volvió perjudicial e inútil, de modo evidente, la existencia de la Internacional Comunista como centro rector del movimiento mundial de la clase obrera. Hoy, cuatro años pasados de aquella disolución espontanea, pretender volver a la misma forma de organización, sería querer hacer andar para atrás la rueda de la historia, como dice Stalin, sería una tarea utópica y reaccionaria.

El Buró de información, con sede en Belgrado, tiene objetivos diferentes de los de la Internacional Comunista. No posee ni de lejos aquellas características de cohesión y disciplina a que se refería Lenin.

Respondiendo recientemente a una entrevista de “United Press”, Luiz Carlos Prestes así hablaba sobre el Buró de Belgrado:

“El Buró de Información creado por la Conferencia de Varsovia coloca el intercambio de experiencias y la coordinación voluntaria de sus esfuerzos, a fin de vender de manera más fácil viejas contradicciones entre sus pueblos (de los nueve Partidos) y unirlos mejor contra la agresividad del imperialismo, en defensa de la paz, de la soberanía nacional de cada pueblo, de la democracia y del progreso”.

Y más adelante:

“La propia organización del Buró ya es un enseñanza, porque sólo se impedirá la guerra luchando unidos y desenmascarando imperiosamente a los provocadores de guerra. Es claro que las divergencias entre estos provocadores de guerra y los pueblos que quieren la paz aumenten cada vez más, es un antagonismo que se profundiza y cuya superación, que será el aplastamiento de los restos fascistas provocadores de guerra, se vuelve más próxima”.

La Internacional Comunista fue en su tiempo un centro eminentemente revolucionario, organizador y dirigente de la lucha del proletariado contra la burguesía que predominaba en el gobierno de todos los países, excepto la Unión Soviética. Hoy, al contrario, el Buró de Información de Belgrado es una organización de partidos que están en el gobierno y que se congregan para unificar mejor la acción de sus pueblos contra la agresividad del imperialismo americano y de sus lacayos en cada país que perdieron sus viejas posiciones en el aparato estatal y asisten a la destrucción por sus pueblos, al final libres y señores de sus destinos, de las bases económicas en que reposaban por siglos su fuerza.

El Buró de Belgrado y los PP.CC. de América Latina

Pero si el Buró de Información de Belgrado está abierto a la adhesión voluntaria de los demás Partidos Comunistas del Mundo, ¿qué actitud debe ser tomada por los comunistas de América Latina y, más particularmente, por el Partido Comunista de Brasil?

Luiz Carlos Prestes, aún en respuesta a los requerimientos de “United Press”, definía de manera más clara e incisiva nuestra posición, en relación de la pregunta que trataba de la invitación de Luigi Longo, del Partido Comunista Italiano, para que los PP.CC. se adhieran al Buró:

“La invitación de Longo –dice Prestes- es naturalmente dirigida a los demás Partidos Comunistas europeos, de aquellos países donde la correlación de fuerzas sociales es igualmente favorable a la clase obrera. El caso brasileño, como los demás partidos americanos, es completamente diferente”.

De hecho, la situación de los pueblos latino-americanos es muy diferente a la de los pueblos europeos. La correlación de fuerzas sociales es aún brutalmente favorable en América Latina a la reacción, a la burguesía reaccionaria, a los grandes propietarios de la tierra, latifundistas, a los financistas agentes del capital extranjero, especialmente norte-americano.

Pero el enemigo principal de la clase obrera y de los pueblos latino americanos es el imperialismo yanqui, que nos oprime y nos esclaviza. Precisamente por eso, los comunistas latino-americanos no pueden dejar de recibir con inmensa satisfacción la iniciativa de la Conferencia de Varsovia y con grandes esperanzas la noticia de la creación del Buró de Belgrado, que bien traducen la ofensiva de las fuerzas democráticas contra la agresividad imperialista. El Buró de Belgrado hará conocer al mundo entero la orientación política de la vanguardia más esclarecida del proletariado mundial y es precisamente en eso que está su mayor importancia para los comunistas latino-americanos.

Imaginar una organización semejante de los Partidos Comunistas de América Latina, en el momento actual, o pensar en una adhesión al Buró del Belgrado a nosotros nos parece perjudicial a la lucha de liberación nacional de nuestros pueblos contra la explotación imperialista.

Está en el orden del día para los pueblos del continente americano la discusión y la solución del estado de empobrecimiento y de miseria, de la decadencia física, del analfabetismo, de la salud, de la estúpida explotación de los banqueros extranjeros y de sus agentes, los grandes terratenientes y la burguesía reaccionaria, debatir y enfrentar la terrible situación en que se encuentra la mayoría aplastante de la población de nuestro país. Esa es nuestra tarea histórica, es el objetivo común que a nosotros los comunistas latino-americanos nos debe ligar y unir, también al proletariado norte-americano, la formación de un frente común de todos los patriotas y demócratas, independientemente de la clase social a que pertenezcan contra el opresor imperialista y por la emancipación nacional de nuestras patrias.

Los comunistas latino-americanos tienen hoy, como misión indeclinable, colocarse al frente de sus pueblos para la lucha anti-imperialista e, interpretando el sentimiento de progreso, democracia e independencia que tan vigorosamente han revelado, reunirlos en conferencias o Congresos, para actuar más eficazmente contra el enemigo común.

Las condiciones para iniciativas de tal naturaleza solo podrán surgir, sin embargo, en la medida en que, en cada país del continente, nosotros, los comunistas, sepamos luchar efectivamente por la paz, por el bienestar de nuestros pueblos y por la soberanía de nuestras naciones. Día a día aumenta en el continente la explotación del capital financiero colonizador y los acontecimientos de los últimos meses en casi todos los países latino-americanos revelan suficientemente las intenciones siniestras del imperialismo, que emplea todos los recursos, del chantaje de guerra al soborno, de la presión económica y política a las formas más sutiles de penetración, a fin de dominar completamente nuestros pueblos, saquear nuestras riquezas y, finalmente, utilizar nuestros hijos como carne de cañón en sus aventuras guerreras contra los pueblos libres en marcha al socialismo, particularmente contra los pueblos de la Unión Soviética.

Sería un crimen, frente a tales actos, quedar de brazos cruzados, apáticos y pasivos. Como dice, con razón, la declaración de los nueve Partidos reunidos en Varsovia:

“El principal peligro para la clase obrera consiste en la subestimación de sus propias fuerzas y en la sobreestimación de la fuerzas del campo imperialista… Los Partidos Comunistas deben encabezar la resistencia a los planes de expansión imperialista y de opresión bajo todos los aspectos, política, económica e ideológica. Se deben concentrar y unir sus esfuerzos en base a un programa común democrático y anti-imperialista y reunir en torno de ellos todas las fuerzas democráticas y patrióticas del pueblo”.

En esta lucha contra el imperialismo es inmensa la responsabilidad que pesa sobre los hombros de los comunistas brasileños. Esto se debe, no solamente a la importancia de Brasil como mayor y más poblado país del continente, sino también a su posición geográfica y estratégica, camino forzado entre los EEUU a África y Europa, se debe aún a las riquezas mineras que posee, inclusive el petróleo, además de hierro, manganeso, cristales, etc. Aún más, nuestro pueblo es uno de los más explotados del continente y fue sin duda, nuestra economía la que más sufrió desde 1929 con el inicio de la crisis general del capitalismo que, sumada a la crisis agraria crónica, trajo al país la difícil situación económica y financiera en que hoy se debate y que sólo puede ser resuelta a través de profundas reformas en la estructura.

En vista de esas circunstancias, sólo la pasividad o el oportunismo, sólo una total incomprensión de la situación y una inconcebible incapacidad para ligarse a las grandes masas explotadas y oprimidas pueden explicar, junto con la conocida falta de organización de masas en que aún nos encontramos en Brasil, el actual avance de las fuerzas del imperialismo yanqui en el país y los golpes sucesivos contra las conquistas democráticas más elementales y la Constitución de 1946.

Es nuestro deber, sin embargo, no escatimar esfuerzos para detener la marcha de la reacción en Brasil. Para ello se vuelve, de principio, indispensable comprender bien la actual situación nacional y mundial, y también, que ya estamos en 1947 y no más en 1945. La presente situación es completamente distinta de aquella en que se hallaba el mundo al alcance de la legalidad para nuestro Partido. En aquella época, la victoria militar sobre el nazismo aseguraba un poderoso y rápido avance de las fuerzas de la democracia y aquí en Brasil lo esencial era garantizar el camino pacífico de la reconstitucionalización del país, evitando cualquier pretexto que pueda servir a los restos fascistas para restaurar la dictadura y ahogar la Nación con un baño de sangre, como llegó a ser intentado el 29 de octubre. Hoy la situación es otra, los campos imperialista y anti-imperialista están bien marcados en Brasil, sólo a resta los demócratas y patriotas enfrentar con coraje la ola reaccionaria e imperialista sin miedo de que la lucha, sean cuales quieran las consecuencias, pueda efectivamente servir para cualquier cosa peor que la dictadura terrorista de Dutra que, al servicio del imperialismo norte-americano, aplasta las conquistas democráticas de nuestro pueblo, rompe la Constitución y vende a los banqueros extranjeros las riquezas de la Nación.

Sepamos evitar con inteligencia las provocaciones, pero tratemos de ligarnos al pueblo, a las grandes masas trabajadoras de las ciudades y los campos, a fin de impulsarlos sin recelo en la lucha por sus reivindicaciones más inmediatas, económicas y políticas, en la lucha contra la miseria y el hambre, contra el terror policial, por los derechos constitucionales, como también contra los explotadores extranjeros y los gobernantes que entregan Brasil a la colonización imperialista.

En la defensa de la democracia y de la Constitución precisamos mostrar al pueblo la necesidad imperiosa de no ceder un paso sin lucha, sin protesta, sin enfrentar con coraje y de forma cada vez más vigorosa cualquier atentado de la reacción. Es indispensable desenmascarar sistemáticamente las maniobras del imperialismo y de sus agentes en el gobierno del país. Mostrar particularmente, el verdadero sentido de lucha contra el comunismo que es, antes que todo, una lucha contra el progreso y la democracia. El reciente acto de Dutra rompiendo relaciones con la URSS requiere ser pacientemente analizado para que las grandes masas puedan comprender su verdadero sentido. Un gobierno incapaz de resolver los problemas más apremiantes, un gobierno impopular, que se debate entre las más profundas contradicciones de la clase dominantes y que precisa acabar con la democracia para vender la Patria más fácilmente a los banqueros yanquis, busca en la ruptura de relaciones con la URSS la manera de engañar a la opinión pública, exaltar un falso patriotismo que supone le puede ayudar a crear un ambiente de desorden que justifique, además de masacrar a comunistas y demócratas, la suspensión de las garantías constitucionales.

En esta lucha enérgica, persistente, valerosa y sistemática en defensa de la democracia y contra el imperialismo, se hace menester también saber desenmascarar a los falsos demócratas, a los capitulacionistas y cobardes que aprovechan todos los pretextos y todas las oportunidades para servir a los liberticidas, a los traidores y a la dictadura terrorista de Dutra. Suficientemente flexibles para no dejarnos aislar, sabiendo marchar con todos los que en cualquier momento defiendan la Constitución, debemos sin embargo, nosotros los comunistas, ser implacables en el desenmascaramiento de los demagogos, de los “izquierdistas”, y “socialistas”, de los que se sirven por táctica los agentes del imperialismo, tal como lo hacen en Europa con los jefes de la social-democracia.

Nosotros los comunistas brasileños, al conmemorar festivamente el 30° aniversario de la gran Revolución de Octubre, podemos sentirnos orgullosos del trabajo ya realizado en la organización y educación del pueblo. Pero es necesario subrayar y debemos comprender que es mucho mayor la tarea a realizar a fin de liberar a  nuestro pueblo de la explotación imperialista y de la opresión cada día mayor de la dictadura terrorista de Dutra y sus secuaces y conquistar la independencia nacional. La Constitución y la democracia no serán defendidas con éxito si nos quedamos de brazos cruzados. Marchemos al encuentro del pueblo, liguémonos estrechamente a las grandes masas trabajadoras, ayudémoslas a organizarse, luchemos juntos, favoreciendo la más amplia Unión Nacional para protestar contra la dictadura, frenar el avance de la reacción e impedir a esclavización de nuestra Patria por el imperialismo. Será así, resistiendo con denuedo a la reacción y al imperialismo que conseguiremos la solución pacífica para los grandes problemas nacionales y aseguraremos la marcha de nuestro pueblo por el camino de la Paz, del progreso y de la democracia.

Tomado de: https://serviraopovo.wordpress.com/2017/09/04/no-30-o-aniversario-da-revolucao-de-outubro-pedro-pomar-1947/

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Documentos sobre Pedro Pomar

Nota: Pedro Pomar fue un gran comunista esclarecido en el desarrollo del Partido Comunista de Brasil, debido a su importancia y legado en la formación del maoísmo brasileño, vamos a reproducir varios documentos que fueron publicados en la página serviraopovo.wordpress.com

Nota del blog: A continuación publicamos un importante artículo del gran dirigente comunista brasileño, el camarada Pedro Pomar, sobre el papel trascendental e inapagable del Partido Comunista hasta la época, con ocasión de los 50 años de la fundación del P.C.B y los 10 años de su reconstrucción desde 1962.

“El Partido Comunista de Brasil tiene un destino glorioso, pertenecer a sus filas es motivo de honra y legítimo orgullo revolucionario, defenderlo y fortalecerlo es lo más elemental de los deberes de todos los comunistas”.

En ocasión del 104° aniversario del natalicio del gran dirigente comunista, camarada Pedro Pomar – 23 de septiembre de 1913.

 

La Clase Obrera N° 66, julio de 1972

Al completar el 50° aniversario de su fundación y el 10° de su reorganización, el Partido Comunista de Brasil publicó un balance crítico y autocrítico de la trayectoria que recorrió “Cincuenta años de lucha”. Se trata de una importante contribución a la lucha emancipadora de la clase obrera y del pueblo brasileño. El resumen abreviado de las grandes luchas de los comunistas, desde 1922, y la generalización de las experiencias fundamentales de todo ese periodo, bien como la caracterización del papel desempeñado por las figuras destacadas del movimiento comunista en nuestro país, venían siendo insistentemente reclamadas como nuevas armas para reforzar la educación de los comunistas, especialmente de los jóvenes, y subrayar la significación del Partido Comunista de Brasil en el curso del movimiento revolucionario brasileño y en su futuro. En los últimos años, sobre todo en la fase más intensa del combate al liquidacionismo revisionista de derecha y de “izquierda”, se colocaron en el orden del día y ganaron fuerza cuestiones teóricas y políticas de relieve, entre ellas la cuestión de la existencia del Partido, de su necesidad histórica, de sus perspectivas revolucionarias. La empresa para elucidar estos problemas no era fácil, requería tiempo, condiciones de estudio, investigaciones y debates, un clima aireado y no los de una dura clandestinidad como la actual. Exigía simultáneamente mayor madurez teórica, amplia visión histórica y aguda percepción política. Sobreponiéndose a estas dificultades y limitaciones, el Comité Central del Partido Comunista de Brasil atendió a esos reclamos y realizó un trabajo valioso, que ciertamente ayudará a formar a los nuevos y a reeducar a los viejos militantes proletarios, a corregir antiguos y persistentes errores, en suma, a instruir políticamente a las masas dándoles también la oportunidad una vez más de medir el grado de seriedad con que el Partido viene encarando su ardua y más gloriosa tarea de dirigir la revolución.

En Brasil, al examinar la realidad, se debe tener en cuenta que la tradición de las organizaciones políticas populares prácticamente no existió o fue muy débil. Las fuerzas reaccionarias levantaron contra ellas obstáculos de todo tipo y continúan aplicándoles una persecución feroz. Por eso, sus vínculos materiales y su fuerza de cohesión siempre fueron bastante débiles. Les faltaba, antes que nada, una teoría acertada, una base ideológica que les diese solidez y estabilidad. De esa forma, a ciertas personas les parece inusitado, artificial o incluso obra de fuerzas extrañas, el hecho de que un partido político que jamás ocultó sus objetivos revolucionarios, su naturaleza de clase, su teoría marxista-leninista y su fidelidad al internacionalismo proletario, no solo haya sobrevivido medio siglo, sino que se haya convertido en un partido nacional, de masas, el más auténtico de los que existieron en nuestro país. Ésta, por tanto, es una realidad viva, indiscutible. En sí misma, da una idea de la magnitud del emprendimiento y de la fuerza de las aspiraciones revolucionarias del proletariado brasileño. De otra forma no se puede comprender como el Partido ha soportado tan duras persecuciones y subsistido. Y aun los que vivieron más de cerca y lucharon largamente para que vengase esa organización, tienen dificultades en relatar las vicisitudes atravesadas y los obstáculos vencidos para mantenerla y hacerla progresar. En consecuencia, nunca está demás recordar la saga de heroísmo y sacrificios de todos los que lucharon para que la llama de la revolución y del socialismo, sustentada por el Partido Comunista de Brasil, iluminase sin cesar la marcha de nuestro pueblo.

Cincuenta años son sin duda más que suficientes para evaluar la significación de una corriente política y el destino que le está reservado. Actuando en un periodo tan largo y de los más agitados y fecundos de la historia del país y del mundo, la práctica del Partido Comunista de Brasil no podía dejar de ofrecer riquísimas lecciones que permiten juzgar si su existencia fue o no una necesidad imperativa de las condiciones concretar brasileñas y del movimiento obrero. Es claro que tal juicio no debe provenir de la propia voluntad del Partido ni exprimir cualquier espíritu de vanagloria. Un partido político sólo se revela históricamente necesario, cuando está destinado, por las condiciones objetivas, por intereses reales, por su programa, su conducta y su dirección, a tomar el Poder y a edificar un nuevo régimen político y social. En el momento en que se escriba la historia completa del Partido Comunista de Brasil, se comprobará claramente que su existencia obedeció a la lógica férrea de la evolución social brasileña, se convirtió en parte integrante, inseparable de la historia del proletariado y del pueblo brasileño.

En esos cincuenta años, el Partido Comunista de Brasil, además de expresar políticamente la presencia de la clase obrera en la vida del país, fue el principal artífice de importantes acontecimientos. Promovió grandes movimientos y campañas políticas y llegó a dirigir la insurrección nacional libertadora de 1935. Tales sucesos tuvieron una enorme resonancia, elevaron el nivel de conciencia antiimperialista y democrática de las masas populares y contribuyeron a desenmascarar el carácter reaccionario y traidor de las clases dominantes. A pesar de los reveses y de los errores, fue y continua siendo una constante en la actividad del Partido Comunista de Brasil la lucha para concretar la revolución agraria y antiimperialista, democrática y nacional, la única capaz de liberar al país de la dependencia al imperialismo, asegurar la libertad para las grandes masas explotadas y oprimidas y abrir la vía para la construcción de la sociedad socialista en Brasil. En torno a esa cuestión y del camino para resolverla es que se dividió el viejo partido, que se dio la ruptura con los revisionistas de Prestes y se traba hoy la lucha contra todas las formas de oportunismo, tanto fuera como dentro del Partido al expulsar a los revisionistas, en 1962, y renovarse, puede el Partido Comunista de Brasil levantar con más claridad y más decisión la bandera de la revolución liberadora y democrática, convirtiéndose en el partido de la esperanza del pueblo brasileño y volviéndose merecedor del justo aprecio entre los destacamentos marxistas-leninistas del movimiento proletario internacional. La necesidad de un partido marxista-leninista, verdaderamente proletario y revolucionario, se impone aún más en nuestra época, conforme señala el documento “Cincuenta años de Lucha”, porque la vida probó que sólo él puede llevar la causa del pueblo al triunfo. Tanto la burguesía nacional como la pequeña burguesía fracasaron en conducir a buen término el proceso revolucionario. Vacilantes e inconsecuentes, ellas no fueron capaces siquiera de crear organizaciones políticas algo estables y fuertes. Al paso que el proletariado comprende cada vez más que se volverá invencible, en la medida en que sepa vincular su ideología revolucionaria con los lazos materiales de la organización. Lenin enseñó que en la lucha por el poder y para emanciparte de toda explotación y opresión, el proletariado sólo tiene un arma: la organización, esto es, el Partido. El gran maestro revolucionario mostró que sólo los que necesitan del socialismo y se dedican en cuerpo y alma a su victoria poseen espíritu de partido, luchan para fortalecer el Partido.

En el transcurso de cincuenta años, varios factores objetivos y subjetivos, de orden nacional e internacional, influirían igualmente para la existencia del Partido Comunista de Brasil. Basta recordar la influencia de la Revolución de Octubre y la ayuda de la Internacional Comunista, así como, más recientemente, la solidaridad de las fuerzas marxistas-leninistas a nuestro Partido. Nunca estuvimos apartados de la lucha revolucionaria de la clase obrera y de los pueblos del mundo entero. Por eso siempre fuimos grandemente beneficiados. En un determinado momento de la polémica pública entre los marxistas-leninistas y los revisionistas contemporáneos, el Partido Comunista de Brasil fue cuestionado. El renegado Kruschov en ese entonces al frente del PCUS [Partido Comunista de la Unión Soviética], acusó a los principales dirigentes de nuestro Partido de divisionistas. En la defensa de nuestros camaradas se levantaron el Partido Comunista de China y el Partido del Trabajo de Albania y otras fuerzas marxistas-leninistas saludando su lucha por la reorganización del Partido Comunista de Brasil.

Esa polémica comprobó, una vez más, que la existencia de un partido político se relaciona con la presencia de un núcleo dirigente, elemento principal entre los que confluyen obligatoriamente para la constitución de ese partido. El Partido Comunista de Brasil tuvo la ventaja de contar con un núcleo de camaradas de cierta experiencia política y organizativa, dispuestos a enfrentar la misión de construir un verdadero estado mayor revolucionario del proletariado. Unido en torno de los principios marxistas-leninistas y de la lucha para aplicarlos creadoramente a la realidad brasileña, ese núcleo se van consolidando, ampliándose con cuadros jóvenes y esforzándose tenazmente para que el Partido preserve y desarrolle sus tradiciones combativas. Todos los enemigos comprenderán que la existencia de ese núcleo dirigente era una premisa esencial para volver al Partido Comunista de Brasil apto para cumplir su grandiosa tarea revolucionaria. Lo atacaron furiosamente y continúan empeñados en eliminar ese núcleo, por todos los medios a su alcance, no obstante, actuando así, ellos ayudan a demostrar la importancia decisiva del Partido Comunista de Brasil de poseer una dirección que guarda la continuidad de lucha revolucionaria y procura colocarse teórica y políticamente a la altura de sus responsabilidades históricas.

El Partido Comunista de Brasil tiene un destino glorioso, pertenecer a sus filas es motivo de honra y legítimo orgullo revolucionario, defenderlo y fortalecerlo es el más elemental de los deberes de todos los comunistas.

https://serviraopovo.wordpress.com/2017/09/02/o-partido-necessidade-historica-pedro-pomar-1972/

 

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¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡EN ESTE PRIMERO DE MAYO A CELEBRAR JUBILOSOS LOS CIEN AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE CON MÁS GUERRA POPULAR!

“Han pasado los tiempos en que nuestros obreros doblaban sumisamente el espinazo, sin ver una salida a su situación de sojuzgamiento ni un rayo de luz en su amarga vida. El socialismo les ha mostrado esa salida, y miles y miles de combatientes se agrupan bajo la bandera roja, levantando los ojos hacia ella como hacia su estrella polar.”

(V. I. Lenin, “El Primero de Mayo”. 1904.)

 

Saludos rojos a los partidos y organizaciones comunistas, saludos rojos a los militantes y combatientes que con su sangre riegan la fértil tierra de la revolución proletaria mundial; saludos rojos al proletariado internacional, a los trabajadores del mundo, a los pobres del campo y la ciudad que en la nueva ola se yerguen para tomar el cielo por asalto.

Nos reafirmamos en nuestra todopoderosa ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, única ideología científica, en los aportes de validez universal del pensamiento Gonzalo. Suscribimos firmemente la campaña por la vida y salud del Presidente Gonzalo, el más grande marxista-leninista-maoísta viviente sobre la tierra.

Esta es una importante fecha en la cual el proletariado internacional pasa revista a sus fuerzas e informa sobre el estado de su situación, el estado de la lucha de clases y las expresiones más altas que esta última alcanza con las guerras populares.

Hay que destacar también que este Primero de Mayo tiene honda significación pues este año celebramos los cien años de la Revolución de Octubre. Hito histórico extraordinario que señala el inicio de la nueva era de la revolución proletaria mundial.

Situación internacional

Todas las contradicciones del mundo actual se agudizan, y principalmente se agudiza la contradicción principal, entre naciones oprimidas e imperialismo y la tercera contradicción, interimperialista. El gobierno de Trump expresa una mayor reaccionarización del imperialismo en general así como del imperialismo yanqui en particular, siendo éste cabeza de todas las bandas agresoras; aumentando su intromisión sin límite, lleva a cabo genocidios en Afganistán y desembarco de tropas en Siria; y no cabe duda que también el pueblo estadounidense será más golpeado y reprimido y su situación empeorará atizando con ello las llamas de una futura guerra popular en las entrañas de la bestia imperialista en respuesta a esta guerra contra el propio pueblo norteamericano. El imperialismo alemán, por su parte, ha trazado su plan de acción para convertirse en superpotencia y de esta manera pugnar por la hegemonía mundial, es así como alista nuevos contingentes ampliando su fuerza y capacidad militar. El imperialismo ruso extiende su diplomacia e intervención militar directa en Asia Occidental. Por su parte China imperialista ya no le basta con su creciente injerencia comercial en África y América Latina y busca pactos y acuerdos para fortalecer sus posiciones y aumenta constantemente su presupuesto militar. Francia, Inglaterra, Japón, Italia y otros imperialismo menores no se quedan atrás en todos estos preparativos que como señalara el presidente Gonzalo pueden desembocar en una tercera guerra mundial.

Las bestias imperialistas descargan la crisis económica internacional con furia sobre el tercer mundo, atizando el odio y la lucha de las masas. Esta situación se manifiesta entre otras cuestiones en lo que la misma ONU reconoce como “la mayor crisis humanitaria en la historia del mundo”, expresada en la cantidad de hambrientos y en la cantidad de población desplazada. Todo esto reafirma que la situación revolucionaria en el mundo es un hecho innegable aun cuando se dé con desarrollo desigual y que nos encontramos, tal como afirmara el Presidente Mao, en los próximos 50 a 100 años  en que el imperialismo será barrido de la faz de la tierra.

En el campo de la revolución, las guerras populares siguen pujantes señalando que la revolución es la tendencia histórica y política principal en el mundo. La guerra popular en la India, dirigida por el Partido Comunista de la India (maoísta), viene resistiendo una fuerte campaña contrarrevolucionaria y fuertes golpes a su dirección, no obstante continúa ampliando su ámbito de acción. El gobierno de Modi y el Estado burgués-terrateniente indio junto a  una represión cada vez más sangrienta, necesitan ampliar y profundizar la persecución contra demócratas y revolucionarios. Exigimos la libertad para el prof. G. N. Saibaba!  Por su parte, las masas combaten y resisten contra éste con más guerra popular en campo y diversas luchas en ciudad. Con el Partido Comunista de Filipinas a la cabeza, las masas filipinas han regado su preciosa sangre demostrando la justeza de su guerra popular y evidenciando palmariamente que quieren y necesitan que la revolución sea llevada hasta el fin. En Turquía sigue la guerra popular. En Perú, la reciente farsa de juicio al Presidente Gonzalo busca aniquilar su vida y pretende nuevamente golpear a la clase y pueblo peruano en un intento por destruir al Partido Comunista del Perú, derrotar la guerra popular y conjurar la reorganización general del Partido y su culminación, cuyo proceso se está coronando con gran vigor.

A pesar del recodo la guerra popular en Perú es la expresión más alta por ser en dicho país donde el maoísmo se eleva como nueva, tercera y superior etapa, proceso llevado adelante por el propio Presidente Gonzalo quién lo plasmó para el Perú como pensamiento gonzalo. Las dificultades que enfrentan las guerras populares confirman que el peligro principal es el revisionismo y, por consecuencia, la capitulación, pero esto no cambia en nada que la revolución es la tendencia histórica y política principal y que nos encontramos en la ofensiva estratégica de la revolución proletaria mundial, cuestión que quedará demostrada con la constitución y/o reconstitución de partidos comunistas militarizados y el consiguiente inicio de nuevas guerras populares, que fortalecerán la izquierda dentro del MCI, avanzando inexorablemente, aunque con desarrollo desigual, hacia la guerra popular mundial.

También las luchas de resistencia nacional no han cesado ni por un minuto en Irak, Afganistán e incluso se han extendido a Pakistán complicando al imperialismo yanqui y sus compinches. Igualmente la lucha del pueblo palestino resiste la redoblada ofensiva del sionismo israelí. Así mismo, la lucha crece en Argentina, Brasil y México, donde las masas muestran gran combatividad.

Sobre la situación del Movimiento Comunista Internacional

La principal dificultad que enfrenta el Movimiento Comunista Internacional (MCI) es la dispersión. Sin superar este problema no podrá cumplir con su meta final: el comunismo. La lucha contra esta dificultad ha empeñado ingentes esfuerzos por parte de organizaciones y partidos maoístas quienes realizando reuniones y encuentros en América Latina y Europa han logrado dar importantes golpes al imperialismo, al mismo tiempo que una significativa victoria para el proletariado internacional. Se avanza de forma concreta a la reunificación del MCI. Sin embargo la lucha por la unidad del MCI ha sido un proceso prolongado del cual necesitamos aprender.

En 1872 Marx y Engels declararon la muerte de la Primera Internacional, sin embargo a partir de esa fecha el movimiento alcanzó proporciones insospechadas a nivel internacional, incluso la creación en 1889 de la II Internacional, contribuyó a dar cauce y nuevo impulso a un movimiento socialista que se desarrollaba sin cesar; pero fue justamente Lenin quien en dura lucha declaró la bancarrota de esta internacional que se ahogaba en manos del socialchovinismo, el oportunismo y el revisionismo allá por 1914.

En 1919 como necesidad nuevamente de agrupar a las fuerzas comunistas de todos los países fue fundada la Internacional Comunista (III Internacional) y muy pronto se multiplicarán los partidos marxista-leninistas por todo el orbe. A partir de 1943, determinado por las necesidades de la lucha y la guerra mundial imperialista el MCI decidió disolver la Internacional Comunista, sin embargo, lejos de paralizarse el movimiento revolucionario y al contrario con triunfos indiscutibles como la derrota aplastante del nazismo en 1945, la victoria cabal de la revolución de nueva democracia en China, las luchas de liberación nacional, etc., se conquistó un nuevo y más alto nivel, alcanzándose ni más ni menos que el equilibrio estratégico de la revolución proletaria mundial. No cabe ni la menor duda, la constitución de la Internacional Comunista contribuyó enormemente a la formación de nuevos partidos comunistas y un gran impulso a la revolución mundial. Muchos de sus frutos solo vieron la luz tras su disolución.

Combate a la dispersión. El golpe revisionista y contrarrevolucionario de1956 en la URSS, constituyó un importante revés al avance vertiginoso que había alcanzado el MCI después de 1943. Con el Presidente Mao a la cabeza el PCCH libró una importante lucha de dos líneas en la Gran Polémica. Esto fue la lucha contra el revisionismo contemporáneo, una lucha a muerte contra esta nefasta avanzada de la contrarrevolución; fruto de esta lucha se publica en 1963 “la carta de los 25 puntos” un verdadero manifiesto en el cual se plantea la línea general para el movimiento comunista internacional más “los nueve comentarios”. Esta fue una maciza declaración sobre la base de los principios marxista-leninistas (tal como se definía en ese periodo la ideología científica). En esta Carta los comunistas del mundo entero encontraron una sólida guía para librar la lucha de dos líneas contra revisionistas y oportunistas enquistados en el movimiento revolucionario y que hacían coro al revisionismo de Jruschov.

Con el desarrollo de la Gran Revolución Cultural Proletaria el MCI recibió un nuevo espaldarazo sin embargo no se reunificaron en un único y mismo centro las fuerzas comunistas. El golpe contrarrevolucionario en China en 1976 abrió un nuevo periodo de honda dispersión y lucha de dos líneas que en dos sucesivas conferencias de partidos y organizaciones trató de superarse en los años 1980 y 1984, en este último año la II Conferencia dio origen al Movimiento Revolucionario Internacionalista, un paso hacia la reunificación de las fuerzas comunistas. No obstante este avance y en circunstancias que el PCP dirigiendo guerra popular ya había sancionado esta cuestión, no había unidad en torno al maoísmo como nueva, tercera y superior etapa del marxismo, además de presentarse otros problemas. Sólo en 1993 se establece en el MRI el marxismo-leninismo-maoísmo y tras una enconada lucha de dos líneas el 2000 logra arrancarse una declaración conjunta. Luego de esto se impone el revisionismo de Avakian en el co-MRI, llevándolo hacia su bancarrota. Esto convergiendo con lo que era entonces la línea oportunista de derecha devenida después capitulacionista y revisionista en el Perú. Con esto nos reafirmamos en que el revisionismo es peligro principal.

Sobre Lenin, la Revolución de Octubre y los 1° de Mayo

La celebración del 1º de Mayo era una tarea ineludible para todos los revolucionarios bolcheviques. Lenin insistía en la necesidad de impulsar acciones de protesta en dicha celebración. Así, antes de octubre de 1917, cada 1° era una demostración de fuerza del proletariado revolucionario, medía sus fuerzas, sus avances o repliegues ordenados. Era por definición –y debe seguir siéndolo- una fecha combativa.

En vísperas del Primero de Mayo de 1904, siendo un marxista riguroso y un revolucionario experimentado, Lenin supo ver la perspectiva que se abría en la lucha proletaria en ese momento. Con solidez teórica afirmó que la única salida a la situación de explotación y opresión que enfrentaba la clase obrera era el socialismo, llamando al proletariado revolucionario a agruparse bajo la bandera roja, su estrella polar. Al año siguiente reafirmaba el llamado y lo profundizaba con palabras de trascendental vigencia: “¡Abajo la enemistad entre los obreros de distintas nacionalidades o diferentes religiones! Esta enemistad sólo favorece a los bandoleros y a los tiranos, quienes se benefician con la ignorancia y la desunión del proletariado.” Lenin miraba alto y lejos, ni las religiones ni las nacionalidades deben dividir a la clase. En ese abril de 1905 especificando la estrategia y la táctica de la línea militar proletaria dicta estas magistrales y señeras palabras:

“¡Pongámonos en pie para defender la libertad, hagamos frente a cuantos tratan de desviar la cólera del pueblo del que es nuestro verdadero enemigo! ¡Nos lanzaremos, con las armas en la mano, a la insurrección, para derrocar al gobierno zarista y conquistar la libertad para todo el pueblo! ¡A las armas, obreros y campesinos! ¡Organicen reuniones secretas, formen grupos de combate, consigan todas las armas que puedan y envíen a sus hombres de confianza al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, para recibir orientación y consejo! ¡Que el Primero de Mayo de este año se convierta para nosotros en la celebración de la insurrección popular, preparémonos para ella y estemos atentos a la señal para lanzarnos al ataque decisivo contra el tirano! ¡Abajo el gobierno zarista!”

Así pensaba y actuaba un jefe proletario auténtico. Este verdadero llamado a la acción se correspondía plenamente con la situación revolucionaria en desarrollo en la Rusia de 1905; en lo fundamental son palabras de honda trascendencia y vigencia para nosotros, son leyes de la lucha de clases, leyes que continuaron desarrollándose con posterioridad por el Presidente Mao principalmente y constituyen parte de la línea general para el trabajo de los comunistas en cualquier rincón del mundo.

Más tarde, cuando se producía el nuevo ascenso revolucionario en Rusia hacia 1912, inmerso en los preparativos para el Primero de Mayo Lenin exponía ante el proletariado revolucionario y los oprimidos que los sucesos del Lena (huelga y masacre en abril de 1912) y el propio 1° de mayo marcaban el nuevo ascenso del proletariado ruso. En 1913 en circunstancias similares, pero esta vez haciendo el balance sostiene:

“Y de buenas a primeras, como un rayo, hiende la atmósfera brumosa y pesada la celebración del Primero de Mayo por la clase obrera de Rusia…” “Ante cientos de viejos revolucionarios, a quienes no han vencido ni doblegado las persecuciones de los verdugos y la deserción de los amigos, y ante millones de hombres de la nueva generación de demócratas y socialistas, han vuelto a plantearse en toda su grandeza las tareas de la revolución inminente y resaltan vigorosamente las fuerzas de la clase de vanguardia que la dirige.”

Para finalmente concluir con palabras que oportunistas y revisionistas de toda especie han olvidado o tergiversado:

 “La enorme superioridad de las huelgas rusas sobre las de los demás países europeos –los más adelantados- demuestra no las cualidades especiales o las facultades especiales de los obreros de Rusia, sino las condiciones especiales en la Rusia actual, la existencia de una situación revolucionaria, la maduración de una crisis directamente revolucionaria. Cuando se acerque en Europa el momento de una similar maduración de la revolución (allí será una revolución socialista, y no democráticoburguesa, como en nuestro país), el proletariado de los países capitalistas más desarrollados desplegará una energía mucho mayor en sus huelgas revolucionarias, en las demostraciones y en la lucha armada contra los defensores de la esclavitud asalariada.”

Y son estas condiciones las que hoy ya se presentan maduras en los países imperialistas, es la situación revolucionaria que también afecta a dichos países y que demanda de los comunistas en la actualidad constituir y/o reconstituir partidos comunistas militarizados para ponerse al frente de la creciente ola revolucionaria de las masas en las condiciones concretas de cada país. Se puede leer con claridad meridiana que Lenin veía en la celebración del Primero de Mayo una oportunidad más para que el proletariado revolucionario hiciese una demostración de fuerza como preparativos para la lucha armada. Más validas aún hoy estas palabras cuando la revolución ha devenido la tendencia histórica y política principal en el mundo, y existe una situación revolucionaria en desarrollo desigual a nivel mundial. Y hoy esa lucha armada que indicara Lenin es la guerra popular a desarrollarla de acuerdo a las condiciones de cada país. Fue justamente esa bandera la que enarboló el Presidente Mao planteando la universalidad de la lucha armada, es decir, de la guerra popular. Este y solo este puede ser el único significado que podemos darle al primero de mayo arrancándolo de las manos de oportunistas y reaccionarios. Tal como dijera Mariátegui: “Hay que desterrar del 1° de mayo, todo lo que en mucho ha tenido, y tiene todavía, el rito mecánico de simple efemérides.” Y llamaba el amauta a combatir disciplinada y obstinadamente por el socialismo.

Con posterioridad a la victoria de octubre. La celebración del 1° de mayo en 1918 se lleva a cabo con el Poder conquistado en las manos del proletariado y de su alianza obrero-campesina, es una celebración con dictadura del proletariado, aún más, es una celebración en una nueva época que nace en ese glorioso1917, es la nueva era de la revolución proletaria mundial. “Esta nueva era signada por la potenciación de la violencia…” señalarán los documentos del PCP.

Por otra parte, las elecciones y el cretinismo parlamentario, son camino de la reacción, táctica que ha quedado envejecida y así lo prueba el propio desarrollo de la lucha de clases después de 1917. Solo del fusil ha nacido lo nuevo y cuando se abandona este principio solo mayores penurias se desencadenan sobre las masas. El camino de la clase y el pueblo es la guerra popular, guerra popular mundial, guerra popular hasta el comunismo, siendo de validez universal. Desarrollándose de acuerdo a las condiciones de cada país.

Los 1° de mayo se comienzan a conmemorar en la defensiva estratégica de la revolución proletaria mundial y a partir de octubre de 1917, con dictadura proletaria, con partidos comunistas y desde 1919 con Internacional Comunista, extraordinaria celebración con el Gran Lenin a la cabeza, con nuevo poder, la nueva aurora comienza a destellar al mundo. Nuevo poder a plena luz del día, poder proletario con nueva economía, nueva política y nueva cultura. La burguesía imperialista temblaba y en su cobardía se hundía intentando aplastar el nuevo mundo que nacía frágil pero poderoso en verdad porque contaba con la simpatía del proletariado organizado de todo el mundo. En un discurso brindado el 1° de mayo de 1919 Lenin sentenciaba: “Hasta ahora, cuando se hablaba de lo que nuestros hijos verían en el futuro, sonaba como un cuento; pero hoy, camaradas, ustedes ven con claridad que el edificio de la sociedad socialista, cuyos cimientos hemos puesto, no es una utopía. Nuestros hijos construirán este edificio todavía con mayor fervor.” Repitamos junto a Lenin entonces, el vibrante grito hecho por él ese 1° de Mayo de 1919: “¡Viva la República internacional de soviets! ¡Viva el comunismo!”

 

***

En este primero de mayo debemos sostener que la fecunda idea de la unidad de los comunistas del mundo entero nuevamente se ha puesto en marcha, guiados por la más avanzada y única ideología científica, todopoderosa porque es verdadera, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo y los aportes de validez universal del pensamiento gonzalo, ideología fruto de la más avanzada experiencia de la lucha de clases del proletariado internacional.

¡Viva el Primero de Mayo rojo y combativo!

¡Preparar, iniciar y desarrollar guerras populares!

¡Defender la vida del Presidente Gonzalo!

¡Abajo el imperialismo y todos sus lacayos!

¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!

 

Partido Comunista de Ecuador – Sol Rojo
Partido Comunista del Brasil (Fracción Roja)
Movimiento Popular Perú (Comité de Reorganización)
Fracción Roja del Partido Comunista de Chile
Comité Bandera Roja – Alemania
Organización Maoísta para la Reconstitución del Partido Comunista de Colombia
Frente Revolucionario del Pueblo Marxista-Leninista-Maoísta de Bolivia
Corriente del Pueblo Sol Rojo – México

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